martes, 22 de septiembre de 2009

El Dr. Roberto Giraldo asegura que el VIH no existe y por lo tanto no puede ser considerada como causa del SIDA. Para él, la enfermedad tiene un origen tóxico-nutricional, y por ende una cura. Lo que se nos ha dicho durante años sobre el SIDA no es cierto.

Entrevista a Roberto Giraldo por Luis Fernando Páez, de "Universia"

Introducción

Roberto Giraldo es un médico colombiano que defiende a capa y espada que el VIH no existe y que por tanto no es la causa del SIDA. Para él, la enfermedad tiene cura y todo lo que se ha dicho sobre ella de manera oficial no es cierto. él hace parte del movimiento de "disidentes del SIDA " que a lo largo del mundo implementa tratamientos alternativos y critica los manejos políticos y económicos detrás de la salud pública.

Afirmar que el VIH no existe, que el SIDA puede curarse y que la enfermedad no se transmite sexualmente es, de entrada, controversial. Sin embargo, son estos algunos de los principales argumentos que el médico colombiano Roberto Giraldo defiende contra viento y marea y que lo han hecho estar en el grupo de científicos que alrededor del mundo son denominados como "disidentes del SIDA ".

Este científico, egresado de la Universidad de Antioquia en 1969 y especialista en medicina tropical e inmunología, asegura categóricamente que absolutamente nada de lo que se ha dicho sobre el SIDA es correcto, empezando por algo muy sencillo: el fenómeno conocido como VIH no es siquiera un virus o un retrovirus, pues no existe evidencia científica que lo compruebe.

Llegar a estas conclusiones ha sido el resultado de 40 años de estudio y experimentación con inmunodeficiencias. "Todo comenzó en 1965, 16 años antes de que el SIDA apareciera en el mundo. Yo era estudiante de medicina y estaba aprendiendo microbiología y desde ese momento me interesaron las enfermedades infecciosas, en especial saber por qué solamente algunas personas contraían alguna patología infecciosa, pese a que todas estaban expuestas a los mismos microbios".

Poco a poco Giraldo se concentró en las inmunodeficiencias adquiridas o secundarias, las cuales se desarrollan debido a circunstancias específicas que se dan durante la vida; a ellas se contraponen las inmunodeficiencias primarias o congénitas que son aquellas que se desarrollan durante el embarazo o se generan de padres a hijos. El SIDA, explica Giraldo, hace parte de las secundarias o adquiridas.
Primeras disidencias

En 1975 viajó a Londres para realizar una maestría en medicina tropical, pero siempre manteniendo su interés por las enfermedades infecciosas y su relación con el sistema inmune. Su principal interrogante giraba en torno a saber por qué en el trópico, pese a ser una de las zonas donde más gente muere a causa de enfermedades que atacan directamente al sistema inmunológico, no afecta a todos.

Sus estudios lo fueron conduciendo a uno de sus postulados más contundentes:

"Las inmunodeficiencias secundarias que más he estudiado son las que se desarrollan debido a la malnutrición y la pobreza es una de sus causas principales. Esto permite verque son los más pobres los más inmunosuprimidos, son los más débiles y por tanto es la población donde más muertes se producen".

Mientras estuvo en Inglaterra, Giraldo se interesó por las inmudeficiencias presentes en el áfrica, en explicarse por qué había tantos parásitos presentes en ese continente. En particular se interrogó sobre la presencia del sarcoma de Kapos K, tumor que hoy en día le da a algunas personas con SIDA.

"En esa época no se conocía en Colombia el sarcoma de Kaposi y prácticamente daba solamente en algunas zonas muy pobres del áfrica, en personas que recibían tratamiento con quimnioterapia para el cáncer o con una inmudeficiencia muy fuerte. Lo más interesante era que el tumor se podía tratar y hacer desaparecer".

Al volver a Colombia, uno de sus antiguos compañeros de universidad que trabajaba en un centro de estudios sobre enfermedades venéreas y que sabía de la inquietud de Giraldo por las inmunodeficiencias, le preguntó si sabía algo de estas insuficiencias en poblaciones de homosexuales.

"En ese momento yo no sabía mucho pero me acordaba de algunos artículos que había leído. Ese médico amigo mío había notado en los homosexuales de Medellín un alto número de casos de cáncer y de infecciones y por eso me había preguntado al respecto. Uno de esos textos que yo había leído era del año 69 y se titulaba "Manhattan, una isla tropical". Era supremamente racista porque los investigadores afirmaban que los homosexuales de Manhattan tienen toda clase de parásitos porque los adquieren de los inmigrantes. Lo que yo pensé, en cambio, era que si los homosexuales tenían parásitos era porque su sistema inmune estaba disminuido y permitía que crecieran".

De tal modo, Giraldo se volcó sobre la literatura científica disponible en las universidades y sobre aquella que refería datos sobre homosexuales y su estilo de vida. Desde antes de 1981, cuando aparece el SIDA, se sabía que los homosexuales en EEUU eran más propensos a enfermedades e infecciones, lo cual llamó su atención especialmente. Fue así como sus investigaciones preliminares lo condujeron a estudiar drogas de uso frecuente por parte de ese grupo poblacional como la cocaína, la marihuana, ácidos, anfetaminas, hongos y algunos nitritos volátiles que se inhalan conocidos popularmente en la calle como "poopers".

Para finales de los 70 ya tenía la idea de que lo que sucedía en algunos grupos de homosexuales era que además de las drogas, el exceso de semen que recibían en el recto y los lubricantes químicos que utilizaban en las relaciones sexuales eran factores determinantes que minaban el sistema inmune.

Cuando aparecieron los primeros casos de SIDA en 1981 en EEUU, lo novedoso fue encontrar el desarrollo simultáneo de tumores y de enfermedades metabólicas como diarreas, pérdida de peso, caída del cabello, demencia y un sinnúmero de infecciones oportunistas; en resumen, un colapso total del sistema inmune. "El error, que desde entonces se ha mantenido, radica en que esto se le atribuye a un virus; lo que ocurrió desde ese momento fue que el cuerpo humano dejó de tolerar la cantidad de tóxicos al que estaba expuesto".
Orígen tóxico y nutricional del SIDA

Roberto Giraldo empezó a defender entonces la idea de que el SIDA no era causado por un virus, sino que era una enfermedad tóxica y nutricional. Esto despertó controversias entre sus colegas. "Dijeron que estaba loco cuando oían mis explicaciones en universidades y hospitales, además yo no sabía de nadie más que dijera lo mismo. Por eso me tocó irme de mi país, para evitar que me metieran en un hospital mental", comenta el especialista.

En 1988 Giraldo se trasladó a Estados Unidos, país donde se refugió y guardó sus opiniones para sí. No dejó, sin embargo, de estudiar el tema y de buscar más argumentos que soportaran su hipótesis. Un año después, en medio de sus pesquisas, encontró un artículo que lo pondría en la pista del grupo de disidentes.

"Encontré en una revista que se llama Discovery, un artículo titulado El hereje del SIDA, que era sobre un médico retrovirólogo llamado Peter Duesberg de California. Se decía que él había publicado varios artículos en los que explicaba que desde ningún punto de vista científico, ningún retrovirus podía ser causa de nada y menos del SIDA. Ese fue el día más feliz de mi vida porque me di cuenta de que no estaba loco y que había más gente en el mundo que pensaba lo mismo que yo. Hoy somos más de 3.000 científicos e investigadores en 50 países, entre los cuales se cuenta Kary Mullis, quien recibió el premio Nobel de química de 1993 por descubrir la PCR (reacción en cadena de polimerasa) que es la prueba que arbitrariamente usan los defensores del VIH para referirse a la Carga Viral".

La inexistencia del VIH, el principal argumento del doctor Giraldo, es que el fenómeno conocido como VIH no es siquiera un virus y que se puede asegurar que no existe evidencia científica de que se trate de un retrovirus. "El SIDA es una realidad y mata mucha gente, pero a las personas le están dando unos medicamentos para atacar un virus que no existe y que además son tremendamente tóxicos".

El asunto, según lo explica, surge cuando en 1981 algunos investigadores que estaban trabajando en virus y cáncer pasan directamente a investigar la causa del SIDA. "Para ese entonces, los institutos nacionales de salud de Estados Unidos llevaban 10 años tratando de descubrir un virus que explicara el desarrollo del cáncer. Dichos esfuerzos fueron infructuosos porque ningún virus produce el cáncer".

Rondaba, pues, un gran desconcierto en el ámbito científico de EEUU, también porque se habían invertido fuertes sumas de dinero en esa investigación sobre virus y cáncer. "Los que descubren lo que se supone es el virus del SIDA son los retrovirólogos Luc Montagnier en París, Roberto Gallo en el Instituto Nacional de Salud de EEUU y Jay Levy en California, quienes, al no dar con nada sobre el origen viral del cáncer, pasan a estudiar en enfermos de SIDA a ver si la causa era un virus o no. Ellos cultivan sangre o ganglios de enfermos de SIDA y no encontraron tampoco ningún virus, pero sí hallaron unas proteínas que no se habían visto antes, unas enzimas y unos fragmentos de ácidos nucleicos y se les ocurrió que eso era un virus desintegrado y de ahí nace la hecatombe en la que se metió el planeta entero".

Entre otros estudios acerca de la inexistencia del VIH, Giraldo hace referencia a los realizados por doctores como Etienne de Harven de Francia, Stefan Lanka de Alemania y Eleni Papadopulos-Eleopulos de Australia.

De hecho, como asegura Giraldo, en el año 2003 durante un debate en el Parlamento Europeo, el propio Luc Montagnier reconoció que ellos no habían aislado ni cultivado ningún virus, sino que habían cultivado unas enzimas y proteínas y que en ese momento (año 2003) seguían pensando que era un virus desintegrado.

"Estábamos en Bruselas 12 personas, 6 defensores del VIH y 6 opositores, y ante más de 600 personas se aceptó lo que es una barbaridad. Dijeron que han seguido intentando cultivarlo muchas veces y no han podido porque aducen que es un virus muy difícil. Eso no es así y hay que decírselo a la gente en el mundo. Que no hayan podido cultivar ese virus es prueba de que no existe. Todos los virus existentes han sido cultivados y son fáciles de cultivar y se propagan en células en el laboratorio".
Objeción a las pruebas

Es natural preguntarse por las pruebas científicas que soportan una posición tan controversial. Ante esta interrogación, Giraldo cuenta su experiencia con las pruebas ELISA y de Western Blot para VIH, rebatidas por él desde los Laboratorios de Inmunología Clínica y Diagnóstico Molecular del Presbyterian Hospital de Nueva York, donde trabaja hace 12 años.

"Cuando yo llegué al hospital me llamó mucho la atención que para hacer la prueba en posibles enfermemos de SIDA, tenía que diluir la sangre 400 veces. Llevo trabajando desde 1965 en virología y en microbiología y uno nunca tiene que diluir la sangre tantas veces. Uno diluye en proporciones de 1 a 8, 1 a 10, pero 1 a 400, eso no existía. Como me llamó la atención, empecé a preguntarle a mis compañeros y a mis jefes y ninguno me supo explicar. Llamé entonces al laboratorio del doctor Roberto Gallo en Washington y me dijeron que así se había estandarizado la prueba. Entonces llamé al laboratorio Abbott en Chicago y les pregunté porqué hay que diluir las muestras 400 veces y me dijeron lo mismo: que así se estandarizó la prueba". Insatisfecho con esas respuestas, en el 97 realizó un experimento tomando sangre de personas que les habían mandado la prueba y que habían dado negativas. Con esa misma sangre repitió las pruebas diluyendo 1 en 400 descubriendo que el resultado seguía siendo negativo.

"Sin embargo, cuando yo no diluía la sangre todas daban positivas. Eso quiere decir que todas las personas tenían algo ahí y no que estaban infectados. Entonces empecé a hacerlo con amigos míos, después en mi familia y luego en mí. Encontré que todos los seres humanos a quienes les hacen la prueba, si se la hacen sin diluir, sale positivo, eso quiere decir que todas las personas tenemos anticuerpos contra lo que se supone que es el virus del SIDA ".

Lo que habían hecho quienes diseñaron y estandarizaron la prueba fue, según Giraldo, diluir la muestra hasta que encontraron la dilución 1 en 400 para demostrar que los que tenían el mayor número de anticuerpos seguían siendo positivos.

"Mi experimento demostró que todas las personas tenemos anticuerpos contra el supuesto virus pero los que dan positivos, aun diluyéndolos, es porque tienen muchos más anticuerpos. Entonces qué significa esto: que estas pruebas no indican ninguna infección sino el grado de intoxicación o grado de oxidación de una persona. Las personas que reaccionan positivamente a estas pruebas tienen riesgo de que les dé SIDA y de enfermar porque su sistema inmune ha estado expuesto a muchos tóxicos como drogas, radiaciones, químicos, pesticidas y a abonos químicos, por ejemplo; entonces, su sistema inmune ha estado respondiendo y por eso tiene un riesgo más alto de dar VIH positivo aun sin estar infectadas con nada".

Lo que argumenta, en suma, el médico colombiano es que no existe una prueba confiable para determinar el origen viral del SIDA, como sí existe para virus como los que generan enfermedades como el sarampión, la hepatitis A y B, la poliomelitis o la influenza. También aduce que ningún virus en la actualidad se ataca con medicamentos por el alto grado de toxicidad que éstos alcanzan. "Un médico que tenga sentido común pensará por qué no hay tratamiento contra la gripa o para las enfermedades virales mientras que para el SIDA hay más de 20 medicamentos diferentes", señala Giraldo.

En cuanto a las pruebas, dice que "las que existen para el SIDA son indirectas y decidieron que indicaban VIH, como por ejemplo la ELISA, que no busca ningún virus como tal sino anticuerpos en la sangre de la persona contra lo que se supone es el virus del SIDA. Cuando alguien reacciona positivo le empiezan a dar antirretrovirales y termina cargando tierra al cementerio. A la gente la están utilizando como conejitos de indias y estos tratamientos los están matando, si lo queremos decir más claramente".
Algunos resultados

Como experiencia satisfactoria de la aplicación de estos métodos, menciona que en Xalapa, México, han tratado a 800 personas con SIDA, obteniendo un 85% de respuesta positiva. De este porcentaje, están todos curados, trabajando, casados, llevando una vida normal. A ello agrega que "no hay necesidad de exagerar mucho esta cuestión, pero una persona que reacciona positivamente en estas pruebas que se hacen hoy en día es porque tiene un nivel de anticuerpos tóxicos muy alto. Es posible que haya estado más expuesto o que su cuerpo por constitución sea más débil. En esos casos soy más radical y explico con lujo de detalles que deben exponerse muy poco a televisores, computadores, a cables, antenas e inclusive dónde deben dormir, para que no afecten su sistema inmune".

Sobre este trabajo resalta la labor que las organizaciones como "Alive and Well", Monarcas Perú y México realizan promoviendo estos tratamientos. Para mayor información pueden consultarse sus sitios en Internet.

"Esta es la propuesta que he llevado a México, Bolivia, Perú, Colombia, Brasil, Argentina, a muchas partes del áfrica, a la India y otros 25 países, en los que se trabaja a través de ONGs y con gente interesada en aplicar una alternativa. Esto puede causar quiebra a las compañías farmacéuticas por lo que no quieren saber nada de nosotros". Desafortunadamente los tratamientos, aunque arrojen resultados positivos, no se pueden implementar en el ámbito oficial e institucional en estos países ya que al ser miembros de la ONU deben acatar las políticas que dicta y regula la Organización Mundial de la Salud así estén, como afirma Giraldo, equivocadas. "Las políticas en salud son, a su vez, impuestas por el gobierno de EEUU", señala categóricamente, "lo cual impide que los países adopten medidas diferentes so pena de perder importantes ayudas monetarias". Los cambios que se realizan se encaminan por el lado de la nutrición, ya que según el médico colombiano, esta es una de las principales causas del SIDA. "Muchos países del sur de áfrica están implementando varias de las directrices mías en sus programas de nutrición y SIDA, pero sin decirlo abiertamente porque eso puede generarles muchos problemas. Si se nutre a la gente se acaba el SIDA en áfrica. Algunos gobiernos entienden eso pero no pueden decirlo abiertamente".
El problema político

En efecto, las argumentaciones de los disidentes del SIDA tienen profundas implicaciones políticas y económicas. Se trata de una de las "discusiones más graves de la historia de la medicina porque nunca antes le habían entregado tanto a la gente una enfermedad como el SIDA ", señala el científico colombiano.

La polémica es tan grave porque, de acuerdo con Giraldo, fueron investigadores al servicio del gobierno de los EEUU los que decidieron arbitrariamente que el SIDA se originaba en un virus. "No eran investigadores de ninguna universidad, sino de los institutos nacionales de salud del gobierno de los EEUU".

No en vano, sostiene, en abril del año 2000, se declaró que el SIDA era una amenaza para la seguridad de los EEUU, lo cual no tiene precedente alguno. "En sí, la enfermedad no es la amenaza, sino los puntos de vista disidentes porque nuestros puntos de vista ponen en serio peligro el discurso político de ese país y además acarrearía la quiebra de toda la industria farmacéutica. Es más fácil hablar de cocaína y de heroína que de este tema porque este problema les destruye la sociedad".

De acuerdo con Giraldo, el grupo de disidentes ha planteado a los defensores del VIH, que es antiético que experimenten con medicamentos que se ha comprobado que son altamente tóxicos. "La respuesta que nos dan es que como de todas maneras el SIDA mata y no hay cura, se puede ensayar la medicina". De todas maneras indica que desde 1995 se usan los inhibidores de proteasa que han tenido unos resultados positivos por su acción antioxidante, pese a que siguen siendo altamente tóxicos.
El debate académico

Los puntos de vista de Giraldo han despertado controversia en las universidades y centros de investigación. él afirma haberse encontrado con posiciones "fundamentalistas" de parte de personas que se han negado a discutir sus ideas, así como con ambientes menos tensos donde ha sido posible el intercambio de ideas.

"En la Universidad de Antioquia se han propiciado espacios para debatir pero también he encontrado científicos que de tajo se han negado a escuchar mis puntos de vista. También en otras universidades como la Industrial de Santander, la Javeriana de Bogotá, la Nacional, se han dado los debates; las directivas favorecen el debate, los filósofos, las escuelas de salud pública, sin embargo los infectólogos se han negado a la discusión".

Lo cierto es que hay quienes defienden la existencia del VIH y su papel como causa del SIDA; otros niegan de tajo la existencia del virus y lo catalogan como un supuesto; otros afirman que el SIDA no tiene cura y otros que sí. El debate, pues, seguirá abierto.

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